sábado, 31 de diciembre de 2011

VIDA CUATRO - $uperen A $anta

Por: Lorena Almillátegui


Llega diciembre y estalla la locura.  Nos inunda la publicidad sobre ofertas, anuncios y promociones de productos que no necesitamos. Cae nieve falsa sobre nuestro trópico. Los compradores compulsivos están de fiesta. “Lleva lo que quieras y empieza a pagar en enero”.

Mientras tanto ¿Cuántos niños y familias en el mundo pasan Navidad sin un juguete o sin un plato de comida?  ¿Cómo hacerle entender a un niño que la Navidad no es lo que los comerciantes quieren que creamos? Supongo que rescatando el verdadero sentido de navidad, el nacimiento del Hijo de Dios; fruto del Espíritu Santo.  ¿Qué tal si, para variar, se nos ocurre compartir un poco de lo que tenemos con los que más necesitan?  La Navidad es una excelente oportunidad para tender la mano al que menos tienen.  Y es algo que no debemos hacer por ellos, sino por nosotros mismos.  Por ser parte del cambio. Por mejorar como personas.

Ojalá la gente deje de pensar de que Navidad es Santa Claus, el famoso hombre barrigón y barba blanca.  Que dejen de inventar historias ridículas de que baja por la chimenea (que aquí nadie tiene), o que se hace enano y entra por la puerta dejando los regalos.  Que debes dormir temprano para que te deje el tuyo. Somos todos cómplices de que los niños crezcan pensando que Santa Claus existe y que es el rey de la Navidad.

Navidad es más que juguetes, compras y regalos.  Su verdadero y puro significado que ha sido  comercializado hasta el punto en que la esperanza y el amor han sido relegados a un rincón de la fiesta.  Los pelaitos creen que es tiempo de hacer lista y pedir su Playstation y su Ipad.  Ahora los regalos que das y recibes significan cuánto te quieren, y cuánto tú quieres a los demás.

¿Tendrán conocimientos algunos padres que existen niños —sus propios niños—, que lo que de verdad quieren es ese tiempo de calidad en familia, cenar juntos, que vayan a sus presentaciones de karate y ballet, que se interesen por sus tareas?  Un juguete para un niño es ilusión del momento, pero los verdaderos recuerdos que quedan en la mente del pequeño son aquellos que compartieron, los abrazos y el tiempo en familia.  Más amor y menos “éxito”.

Recuerden Navidad no es de Santa.  A todos los adultos les digo: Supérenlo, él sólo un recurso comercial inventado por la Coca-Cola.  La Navidad va mucho más allá del arbolito, las luces y el disfraz.  La Navidad está en tu corazón y debe durar cada día de tu vida.  P4

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