Una retrospectiva hacia los inicios de la era radiofónica en Panamá, tiene que transportarse hacia el Valle de la Luna otra vez, porque gracias a los efectos de la distancia, nuestros formadores debían ingeniarse para salir adelante y había necesidad de abrir las vías del conocimiento. ¿Qué otro medio de comunicación más rápido o eficiente que la radio o el telégrafo?
Nuestros ancestros (Chiriquí es Provincia desde 1849) cuentan los mil y un problemas para conectarse con la capital el país a unos 490 kms, y el aislamiento que nos obligó a ser creativos e independientes ante las obligaciones de salud, escolaridad, tecnología, transporte, comunicación, y tantas otras realidades de la época.
En ésa búsqueda de la verdad, nos adentramos en los resúmenes de “Ecos del Valle”, “La Razón”, “The Star and Herald”, “El Centinela” y otros rotativos que nos informaban de los inicios de la radio en la región occidental y ya para 1936 se hablaba del esfuerzo de Don Leo Marchosky para crear “La voz de Chiriquí” con el objeto de llevar los latidos regionales a otros lares y en su lucha logró que la H.P. 5.L., saliera “al aire” con la bendición ciudadana. En su momento “Ecos del Valle” comentaba: “Felicitamos efusivamente al empresario de la HP5L, estación radial que es para Chiriquí una clarinada de progreso, al desearle más y más éxitos cada día para beneficios del arte y el desarrollo cultural de nuestra amada tierra…”
Desde luego que Don Rubén D. Samudio (H.O.U., Voz del Barú -1946), Elizardo y Abigail de Calvo (H.O.C. 20 Ondas Chiricanas – 1948), Rubén D. González (Nebur) (H.O.F.32-Radio Centenario - David - Barú - 1949), Francisco Moncadaluna (Radio Cultura), prosiguieron en la cadena de esfuerzos por conseguir los permisos y frecuencias de operación que fueron concedidos paulatinamente en la década de los 50, 60, 70, hasta nuestros días donde funcionan más de 30 estaciones locales y cadenas nacionales de carácter cultural, informativo, entretenimiento, religioso, educativo, deportivo, social, musical y económico.
Hemos sido testigos de la intención de algunos empresarios chiricanos de ayer para dotar a Chiriquí en un periódico o una televisora regional no obstante, el centralismo de los grandes consorcios del poder en la capital ha impedido la subsistencia no sólo en nuestro terruño sino, en otros poblados del país. Sin embargo, la radio se mantiene con sus falencias y virtudes, ensayos y errores pero su mensaje causa efectos inmediatos.
El laureado poeta chiricano Santiago Anguizola Delgado, escribió en 1970: “desde que Hertz y Marconi, llevaron a cabo sus experimentos para valerse de las ondas de éter y comunicar los sonidos, la radio ha representado un papel preponderante en el mundo…”
El pasado domingo 12 de junio sin clarines ni tambores, transcurrió la fecha que antes fue centro de atracción ciudadana y celebraciones compartidas. Son los tiempos cambiantes pero la esencia y la fusión de la cultura tradicional con el modernismo, jamás deben separarse para precisamente mantener, la unión de generaciones. P4
[Artículo Revista Placacuatro - 2da. edición 2011]
No hay comentarios:
Publicar un comentario