Primero que todo quiero darle gracias a Dios por regalarme un día mas de vida y estar al lado de mis seres queridos. Todo comenzó en Diciembre de 2003, cuando estaba en los preparativos para mi graduación del Colegio, cena y demás, agregado a las festividades de navidad y año nuevo; tenía que ponerme a estudiar para los exámenes de admisión de la Facultad de Medicina que serían a partir del 5 de enero. Fue realmente desde ahí cuando ya comenzaba el sacrificio.
Luego de entrar sentí una satisfacción muy grande ya que es un filtro muy riguroso donde de casi 3000 estudiantes que aplican sólo entran 200, por lo cual desde ese momento supe que estaba con la élite del país. Por lo cual supe que el esfuerzo tenía que ser grande como mínimo para poder competir.
Fueron horas de sueño que no recuperaré, preocupaciones por querer abarcar un material que parecía infinito, muchas veces sacrifiqué tiempo con mi familia, o alguna fiesta o reunión con mis amigos del colegio. Ahora sé que valieron la pena todos esos sacrificios ya que fue para mi formación (que dicho sea de paso aún comienza por todas las cosas que tengo por delante hasta llegar a cumplir mi más grande sueño que es ser un médico especialista) la cual fue una formación de calidad que se la debo a mis Maestros de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, los cuales nos facilitaron todo el conocimiento que nos pudieron dar a un precio incomparable, ¡Casi gratis!
Como parte de la promoción MD-34 exhorto a la juventud a que lo medite, es una carrera muy bonita e interesante, adquieres un conocimiento inimaginable de cómo funciona uno mismo por dentro, realmente es impresionante lo hermoso y complejo que el cuerpo humano puede llegar a ser; y más ahora que en Panamá hay una necesidad enorme de médicos. Es una carrera que es como el ajedrez, tienes que pensar siempre la próxima movida y así podrás ser triunfador. Es una carrera con un abanico muy amplio de posibilidades, donde puedes especializarte en lo que menos lo imagines.
Muchas veces las personas vienen en busca de alguien que los escuche (tan sólo con eso se alivia y hace sentir mejor a una persona enferma), alguien que los trate bien y les cure sus dolencias.
Juventud, somos el futuro de Panamá animémonos a trabajar por nuestro país, por nuestra salud y por nuestro bienestar, ya que sin salud y sin educación no hay felicidad. P4
*Médico interno del Complejo Hospitalario Metropolitano Dr. Arnulfo Arias Madrid
Redacción: Placacuatro Fotos: Cortesía
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