El doctor Alberto Osorio señala en su obra Chiriquí en su historia que la palabra “boquerón” designaba para los con- quistadores de las tierras occidentales de Chiriquí una de las agrupaciones aborígenes más terribles de las existentes en las inmediaciones de Santiago de Alanje, el poblado más antiguo de la región (1591).
Durante muchos años, los boquerones opondrían feroz resistencia a la avanzada europea. A tal grado era su bravía que los grupos autóctonos vecinos, como los chalivas y los changuinas, también se enfrentaban constantemente con ellos.
El carácter aguerrido de los boquerones es lo que impide su reducción, de ahí que el primer asentamiento se deba a la acción de misioneros franciscanos durante los primeros años del siglo XVIII.
Las primeras referencias escritas de este pueblo se plasman en los escritos de 1736, dejados por el obispo de Panamá, Pedro Morcillo y Auñón, quien menciona al “pueblo y doctrina de Boquerón que es de indios, habitado por cincuenta hombres”.
Al parecer este caserío es un asentamiento diferente, pues durante la administración eclesiástica de Miguel Moreno y Ollo y del gobernador Matías González Candanedo, se verificó su traslado al emplazamiento actual. Dicho traslado se efectuó en 1767, abandonándose la vieja reducción indígena establecida por los misioneros. El actual Boquerón data, pues, de finales del siglo XVIII.
Como patrono del pueblo fue designado el arcángel Miguel, que según las interpretaciones del doctor Osorio se dio con la intención de fortalecer, bajo esta advocación, al proceso unificador de las dos belicosas tribus del área: los boquerones y los dagábalos.
Con el nuevo establecimiento de Boquerón se experimenta un paulatino crecimiento demográfico.
En 1849, el jefe político de Alanje debió fijar medidas de protección para las propiedades de los indígenas de Bugaba y Boquerón. En ese año la Cámara de Representantes de la Nueva Granada aprobaba la creación de la provincia de Chiriquí, por Ley 62 del 26 de mayo, presentada por José de Obaldía Orejuela. Boquerón fue uno de los nueve distritos que integraron la naciente provincia, junto con Alanje, David, Dolega, Gualaca, San Félix, San Lorenzo, San Pablo y Remedios.
En 1850, la Cámara Provincial elevó a Boquerón a la categoría de distrito parroquial, subordinado administrativamente al cantón de Alanje. No alcanzaba los mil habitantes, pero sus condiciones naturales, irrigado por numerosos cursos de agua, suelos fértiles y un clima agradable, favorecieron la cría de ganado, caballos y cerdos, de modo que antes de finalizar el siglo XIX la población aumentó a 2,505 habitantes. De 1890 a 1906 Boquerón fue suprimido como distrito y se anexó a Alanje. La Ley 22 de 1906 le restituyó esta categoría, a pesar de que el presidente Manuel Amador Guerrero se oponía a su restablecimiento.
Las investigaciones de los educadores Rubén D. Espinosa y Dioselina Pérez indican que, en 1908, don Francisco Cozarelli dirigió la primera escuela de varones de Boquerón.
En 1917, comenzaron a funcionar el Juzgado, la personería y el Consejo Municipal.
La Oficina de Correos y Telégrafos inició labores en 1917. En 1939 se instaló el primer servicio de luz eléctrica en el pueblo.
Actualmente, Boquerón está dividido en ocho corregimientos: Boquerón, cabecera, Bágala, Cordillera, Guabal, Guayabal, Paraíso, Pedregal y Tijeras. En estas tierras se produce guandú, maíz, ñame, yuca, caña de azúcar, otoe, habas, plátano, naranjas, pepino, ají, pimentón, piña, porotos, berenjena, brocoli, perejil, habichuela, tomate, ganado de carne y de leche.
La población se estima para el 2011 en 15,051 habitantes y entre sus sitios de interés turístico figuran: Chorro Blanco (formado por el río Chuspa), en Guayabal, el Chorro del Bregué en Cordillera, el mirador de Cordillera, los chorros de Macho de Monte (entre Cuesta de Piedra y Cordillera), los balnearios naturales del río Chirigagua y Piedra, el Parque Nacional Volcán Barú; los trapiches de Bocalatún, Las Monjas y Santa Rita. P4
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