Por: Milagros Sánchez
El laureado periodista Juan B. Gómez Amador nació el 21 de agosto de 1931 en David, Chiriquí. Sus padres fueron Abel Gómez Araúz y Blanca Amador de Gómez.
Realizó estudios primarios en su ciudad natal y finalizó los secundarios en el Nido de Águilas. Ingresó a la Faculta de Filosofía y Letras de la Universidad de Panamá, pero no terminó la carrera.
Durante diez años prestó servicios en el Ministerio de Relaciones Exteriores, actividad que le permitió ejercer la diplomacia en Argentina, España, Suiza, Brasil y Hong Kong.
De regreso a su país, en 1970, se dedicó por entero al periodismo. El 9 de noviembre de ese mismo año inició su Radioperiódico Impacto, con un horario de 6:30 a 7:00 p.m. en Radio David, propiedad de Francisco Moncada Luna. Luego de cuatro años en esta emisora, se trasladó el informativo a La Voz del Barú, regentada por la firma de Guillermo Tribaldos (hijo), y Lorenzo Esquivel, bajo la gerencia de Rubén Darío Samudio. Entonces, Impacto se emitía en dos horarios: 7:30 a.m. y 6:30 p.m.
Entre 1976-1977, Impacto se trasladó a la emisora de Osman Ferguson y el 5 de diciembre de 1978 llegó a Radio Chiriquí, donde permanece hasta el presente. Este programa ocupa uno de los primeros lugares en sintonía en el nivel provincial.
Don Juan mantuvo por más de treinta años su columna periodística “Al margen de los temas”, en diferentes medios. Ha escrito numerosos ensayos sobre temas diversos y sus artículos han sido reproducidos en diarios y revistas de otros países. Su primer libro, también denominado Al margen de los temas, fue editado en los años setenta y tuvo una segunda edición en la década del ochenta.
Juan B. ha sido declarado periodista del año en varias oportunidades y ha participado como orador y conferencista en diversas actividades educativas y cívicas. En 1996 ganó el Premio a la Excelencia Periodística, auspiciado por el Colegio Nacional de Periodistas y el Consejo Nacional del Tabaco, que consistía en una medalla de oro y un premio de 3,000 dólares.
En 2005 editó Mi vida en el periodista, 50 años de lucha, obra que también recoge algunos de sus artículos más destacados en su larga carrera periodística. Y en 2008, lanzó Compendio de sabiduría y buen humor, que recoge fragmentos de las obras por él leídas y consideradas las más grandes dentro de la literatura universal. Selecciones complementadas con frases célebres de personajes relevantes de la historia.
Actualmente, continúa brindando, de lunes a sábado su programa de noticias y comentarios en Radio Chiriquí y escribe con regularidad para la prensa escrita nacional.
Después de apreciar este sucinto recuento de la vida de Juan B. Gómez, nos atrevemos a afirmar que se trata del único periodista cultural de la provicia de Chiriquí, ya que tanto su programa radial como sus artículos en la prensa escrita estån cargados de referencias literarias, anecdóticas y didácticas que reflejan el profundo bagaje intelectual del mismo.
La segmentación que ha realizado de su radioperiódico: Para que usted lo sepa, Para hablar y escribir mejor en Español, El consejo del día nos dice, La nota selecta y, finalmente, La fábula del día, implican una profunda contribución educativa para sus radioescuchas quienes generalmente lo vinculan y se identifican con alguna de estas secciones.
Lo mismo sucede con sus artículos periodísticos. En éstos las citas, los refranes y las experiencias de los más grandes hombres (de huellas positivas y negativas) de la historia universal son vertidos para comparar, aleccionar y reforzar sus planteamientos analíticos en torno a las vivencias cotidianas del ciudadano panameño y del mundo.
En sus obras, Al Margen de los Temas, Premio a la Excelencia y Mi vida en el periodismo, presenta sus vivencias y puntos de vista de manera extraordinaria y singular. Estas, que son antologías de sus articulos, son los archivos de su vida, son retazos de una historia que reflejan el agitado discurrir del escenario humano. La mente de Don Juan danza en un perpetuo movimiento, tocando diferentes latitudes, diferentes temáticas, diferentes circunstancias. Sobre esta dinámica racional, su agudo y diversificado pensamiento se mezcla de manera oportuna y magistral con los escritos, ideas y reflexiones de escritores monumentales como Cervantes, Goethe, Ortega y Gaset, Unamuno y otros; logrando de esta forma, relaciones anecdóticas con carácter y coherencia, donde se perfilan descripciones y matices marcadamente intensos.
La versatilidad intelectual del periodista Juan B. Gómez queda evidenciada al manejar de manera holística la política, la filosofía, la psicología, el nacionalismo, la libertad, la justicia, la grandeza y la bajeza humana, la dignidad, entre otros tópicos. Todos ellos son abordados continuamente por este periodista radial y escrito, así como literato, con una prosa versátil y de dimensiones elevadas.
Aunque Juan B., es conocido como periodista y no como filósofo, sus intervenciones radiales y sus ensayos periodísticos están impregnados de reflexiones críticas, cuya riqueza filosófica son propias de un conocedor o estudioso de los problemas de la vida, así como de la búsqueda de sus razones y sentido básico.
En el quehacer periodístico de Don Juan, se encuentran cuestiones profundas e inquietantes, así como un saber estricto y riguroso acerca de las cosas que de una u otra forma afectan la existencia. En ese devenir diario donde se agita el periodista, los artículos de Juan B., sobreviven con serenidad ilustre y clásica, entre los extremos del existencialismo sartreriano. Se manifiestan con valentía ante las adversidades de la vida provinciana y nacional, cuestiona con firmeza los hechos, los individuos y los ejes de poder o reconoce con nobleza, la honorabilidad y la grandeza de los hombres y mujeres de esta tierra o de otras tierras; todo ello amalgamado dentro de un exquisito vitalismo anecdótico.
En un mundo en proceso de cambios y mutaciones constantes, la serena y penetrante pluma de este periodista, hace periodismo de altura. Su expresión literaria se forja con espíritu independiente y principios éticos, mostrando los complejos problemas del existir con un destello excluyente y radical; y es que Juan B., a diferencia de los sabios que hacen profesión de saber, es indudablemente un amante de la sabiduría, es decir, un filósofo sin más.
Pero es en torno a la grandeza y a la bajeza, a la justicia y a la injusticia, a la libertad, a la dignidad y el servilismo donde la pluma y el pensamiento de Juan B., adquiere dimensiones épicas.
Aparecen continuamente en las intervenciones radiales y en las galerías antológicas de Juan B. Gómez, los rostros de la justicia, la grandeza, la libertad y la dignidad, rostros apacibles y diáfanos, respaldados por la razón y que los hace asomar con autoridad, delineando los más elevados horizontes de las virtudes humanas.
Pero Juan B. Gómez también hace aparecer la parte sombría de los contrarios, los valores negativos, cuya esencia parece ser el nutriente de una sociedad hedonista y corrupta que él trata de combatir con su verbo y su pluma.
Los escenarios que Juan B. plantea en su mundo periodístico, son escenarios reales, los tinglados de la vida, donde diariamente se saborean la amargura y la dulzura, los golpes y las caricias, donde se abrazan el bien y el mal, generando el odio o el amor de la vivencia individual o colectiva. Estos son los escenarios de las contradicciones, los escenarios del filósofo alemán Inmanuel Kant cuando intenta a través de la razón pura y práctica resolver las realidades existenciales y paradójicas del mundo.
Hay muchos y variados ángulos en los que se puede enfocar, analizar o discutir la obra periodística de Juan B. Gómez. No obstante, uno de los fenómenos más importantes en torno a su persona es que él ha sido el periodista que más ha escrito en Panamá durante los últimos cincuenta años. Esto engendra un significado de profundas repercusiones históricas, porque tuvo que escribir por más de veinte años bajo las presiones de la dictadura militar. La “paz armada” que se respiraba en Panamá, la noche oscura de la Patria, que cayó de 1969 a 1989, fue iluminada esporádicamente por el pensamiento de hombres valientes como Juan B. Hombres que arriesgando sus vidas y seguridad personal, convirtieron su voz y su pluma en espadas brillantes que rasgaron la absurda oscuridad, lo justo como para haber visto más allá del abismo y darse cuenta de que aquellos tiempos prohibidos eran marcados con las huellas de la miseria y la miserableza emanadas de la fuerza bruta militar. Fuerza que en colaboración con una fauna civil, parásita y servil, tomó al país por asalto, saqueó sus recursos y asesinó sus esperanzas.
Juan B. Gómez es, en definitiva, por sus largos años de entrega a la prensa radial y escrita de Chiriquí y Panamá, el periodista de la grandeza y la libertad, el periodista filósofo del espíritu libre.
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